Los gases están presentes constantemente en el aparato digestivo. Nuestro cuerpo genera diariamente varios litros de gas. Aunque disponemos de mecanismos suficientes para eliminar y absorber todo gas sobrante, en ocasiones este equilibro puede romperse.
Es entonces cuando aparecen los clásicos problemas de retención de gases como la distensión abdominal, los eructos, las ventosidades, el dolor abdominal y las contracciones espasmódicas muy frecuentes en recién nacidos.
El exceso de gases en el intestino es conocido como Aerofagia o Meteorismo, un problema que causa distensión abdominal (vientre hinchado) y espasmos intestinales.
Este gas acumulado en el intestino procede de dos vías diferentes: una parte proviene del aire que se ingiere al tragar o deglutir los alimentos y otra, se produce de forma natural por las bacterias de la flora intestinal.
Aunque en un grado u otro todos padecemos estos síntomas, algunas personas son más susceptibles a sufrirlos que otras. El exceso de gas suele estar relacionado con comer deprisa o con prisa, tragar demasiado aire mientras se come (por estrés o por hablar durante las comidas), una indigestión, un cambio brusco en la alimentación, el exceso de fibra e hidratos de carbono (arroz, pasta, patata, pan, cereales, galletas, etc.), el uso de antibióticos que desequilibran la flora intestinal y la ingesta de alimentos flatulentos.
Sin embargo, en otras ocasiones, la aerofagia y el meteorismo puede ser simplemente un síntoma más de algunas alteraciones o enfermedades, entre las que se encuentra el estreñimiento ocasional o crónico, el colon irritable, la intolerancia a la lactosa (después de tomar leche, surgen molestias digestivas), la gastritis, la úlcera gástrica y la enfermedad de Crohn (una enfermedad en la que se produce una inflamación del intestino y que puede afectar a otras zonas del aparato digestivo).
Consulte con su médico antes de utilizar este producto.
Los principales síntomas atribuidos al cúmulo excesivo de gases intestinales son los siguientes:
Sensación de hinchazón, presión en el estómago, malestar y dolor abdominal.
Ruidos abdominales.
Espasmos intestinales.
Necesidad de expulsar el cúmulo de gas.